41
Mirad, oh menospreciadores, y entonteceos, y desvaneceos; porque yo hago una obra en vuestros días, obra que no creeréis, si alguien os la contare.
42
Y saliendo ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el sábado siguiente les hablasen estas palabras.
43
Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los religiosos prosélitos siguieron a Pablo y a Bernabé; los cuales hablándoles, les persuadían que permaneciesen en la gracia de Dios.
44
Y el sábado siguiente se juntó casi toda la ciudad a oír la Palabra de Dios.
45
Pero los judíos, vista la multitud, se llenaron de celo, y se oponían a lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.
46
Entonces Pablo y Bernabé, usando de libertad, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase la palabra de Dios; pero como la desecháis, y os juzgáis indignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.
47
Porque así nos mandó el Señor, diciendo : Te he puesto para luz de los gentiles, para que seas por salud hasta lo postrero de la tierra.
48
Y los gentiles oyendo esto, se fueron gozosos, y glorificaban la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.
49
Y la palabra del Señor era esparcida por toda aquella provincia.
50
Mas los judíos concitaron mujeres pías y honestas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de sus términos.
51
Entonces sacudiendo en ellos el polvo de sus pies, vinieron a Iconio.
52
Y los discípulos estaban llenos de gozo, y del Espíritu Santo.