24
después de que Juan predicó, antes de su venida, un bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.
25
Cuando Juan estaba a punto de terminar su carrera, decía: "¿Quién pensáis que soy yo? Yo no soy el Cristo; mas he aquí, viene tras mí uno de quien yo no soy digno de desatar las sandalias de sus pies."
26
Hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a nosotros nos es enviada la palabra de esta salvación.
27
Pues los que habitan en Jerusalén y sus gobernantes, sin reconocerle a El ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo, cumplieron estas escrituras, condenándole.
28
Y aunque no hallaron causa para darle muerte, pidieron a Pilato que le hiciera matar.
29
Y cuando habían cumplido todo lo que estaba escrito acerca de El, le bajaron de la cruz y le pusieron en un sepulcro.
30
Pero Dios le levantó de entre los muertos;
31
y por muchos días se apareció a los que habían subido con El de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo.
32
Y nosotros os anunciamos la buena nueva de que la promesa hecha a los padres,
33
Dios la ha cumplido a nuestros hijos al resucitar a Jesús, como también está escrito en el salmo segundo: HIJO MIO ERES TU; YO TE HE ENGENDRADO HOY.
34
Y en cuanto a que le resucitó de entre los muertos para nunca más volver a corrupción, Dios ha hablado de esta manera: OS DARE LAS SANTAS y FIELES misericordias prometidas A DAVID.
35
Por tanto dice también en otro salmo: NO PERMITIRAS QUE TU SANTO VEA CORRUPCION.
36
Porque David, después de haber servido el propósito de Dios en su propia generación, durmió, y fue sepultado con sus padres, y vio corrupción.
37
Pero aquel a quien Dios resucitó no vio corrupción.
38
Por tanto, hermanos, sabed que por medio de El os es anunciado el perdón de los pecados;
39
y que de todas las cosas de que no pudisteis ser justificados por la ley de Moisés, por medio de El, todo aquel que cree es justificado.
40
Tened, pues, cuidado de que no venga sobre vosotros aquello de que se habla en los profetas:
41
MIRAD, BURLADORES, MARAVILLAOS Y PERECED; PORQUE YO HAGO UNA OBRA EN VUESTROS DIAS, UNA OBRA QUE NUNCA CREERIAIS AUNQUE ALGUNO OS LA DESCRIBIERA.
42
Al salir Pablo y Bernabé, la gente les rogaba que el siguiente día de reposo les hablaran de estas cosas.
43
Y terminada la reunión de la sinagoga, muchos de los judíos y de los prosélitos temerosos de Dios siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes, hablándoles, les instaban a perseverar en la gracia de Dios.
44
El siguiente día de reposo casi toda la ciudad se reunió para oír la palabra del Señor.