1
Vivía en Cesarea un centurión llamado Cornelio, del regimiento conocido como el Italiano.
2
Él y toda su familia eran devotos y temerosos de Dios. Realizaba muchas obras de beneficencia para el pueblo de Israel y oraba a Dios constantemente.
3
Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión. Vio claramente a un ángel de Dios que se le acercaba y le decía:—¡Cornelio!
4
—¿Qué quieres, Señor? —le preguntó Cornelio, mirándolo fijamente y con mucho miedo.—Dios ha recibido tus oraciones y tus obras de beneficencia como una ofrenda —le contestó el ángel—.
5
Envía de inmediato a algunos hombres a Jope para que hagan venir a un tal Simón, apodado Pedro.
6
Él se hospeda con Simón el curtidor, que tiene su casa junto al mar.
7
Después de que se fue el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado devoto de los que le servían regularmente.
8
Les explicó todo lo que había sucedido y los envió a Jope.