7
Y sin contradicción alguna, lo que es menos es bendecido de lo que es más.
8
Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos: mas allí, aquel del cual está dado testimonio que vive.
9
Y, por decirlo así, en Abraham fué diezmado también Leví, que recibe los diezmos;
10
Porque aun estaba en los lomos de su padre cuando Melchîsedec le salió al encuentro.
11
Si pues la perfección era por el sacerdocio Levítico (porque debajo de él recibio el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melchîsedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
12
Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga también mudanza de la ley.
13
Porque aquel del cual esto se dice, de otra tribu es, de la cual nadie asistió al altar.
14
Porque notorio es que el Señor nuestro nació de la tribu de Judá, sobre cuya tribu nada habló Moisés tocante al sacerdocio.
15
Y aun más manifiesto es, si á semejanza de Melchîsedec se levanta otro sacerdote,
16
El cual no es hecho conforme á la ley del mandamiento carnal, sino según la virtud de vida indisoluble;
17
Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melchîsedec.
18
El mandamiento precedente, cierto se abroga por su flaqueza é inutilidad;
19
Porque nada perfeccionó la ley; mas hízolo la introducción de mejor esperanza, por la cual nos acercamos á Dios.
20
Y por cuanto no fué sin juramento,
21
(Porque los otros cierto sin juramento fueron hechos sacerdotes; mas éste, con juramento por el que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote eternamente Según el orden de Melchîsedec:)
22
Tanto de mejor testamento es hecho fiador Jesús.
23
Y los otros cierto fueron muchos sacerdotes, en cuanto por la muerte no podían permanecer.
24
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable:
25
Por lo cual puede también salvar eternamente á los que por él se allegan á Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
26
Porque tal pontífice nos convenía: santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime de los cielos;
27
Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo: porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose á sí mismo.