8
Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba.
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Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa,
10
porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
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También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel al que lo había prometido.
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Por lo cual también nació de uno (y éste casi muerto con respecto a esto) una descendencia COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO EN NUMERO, E INNUMERABLE COMO LA ARENA QUE ESTA A LA ORILLA DEL MAR.
13
Todos éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
14
Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia.
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Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver.
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Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual, Dios no se averguenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.
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Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo;
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fue a él a quien se le dijo: EN ISAAC TE SERA LLAMADA DESCENDENCIA.