1
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
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en estos postreros tiempos nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó por heredero de todo, por el cual asimismo hizo los siglos;
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el cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas,
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hecho tanto más excelente que los ángeles, por cuanto alcanzó por herencia más excelente nombre que ellos.
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Porque ¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, hoy yo te he engendrado, Y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí Hijo?
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Y otra vez, cuando metiendo al Primogénito en la redondez de la tierra, dice: Y adórenlo todos los Angeles de Dios.