7
Y envió al cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y tornando hasta que las aguas se secaron de sobre la tierra.
8
Envió también de sí á la paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra;
9
Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvióse á él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra: entonces él extendió su mano y cogiéndola, hízola entrar consigo en el arca.
10
Y esperó aún otros siete días, y volvió á enviar la paloma fuera del arca.
11
Y la paloma volvió á él á la hora de la tarde: y he aquí que traía una hoja de oliva tomada en su pico: y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.
12
Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más á él.
13
Y sucedió que en el año seiscientos y uno de Noé, en el mes primero, al primero del mes, las aguas se enjugaron de sobre la tierra y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba enjuta.
14
Y en el mes segundo, á los veintisiete días del mes, se secó la tierra.
15
Y habló Dios á Noé diciendo:
16
Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.
17
Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que anda arrastrando sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen, y multiplíquense sobre la tierra.