18
Y vi siete vacas gordas y de hermoso aspecto que salieron del Nilo; y pacían en el carrizal.
19
Pero he aquí, otras siete vacas subieron detrás de ellas, pobres, de muy mal aspecto y flacas, de tal fealdad como yo nunca había visto en toda la tierra de Egipto.
20
Y las vacas flacas y feas devoraron las primeras siete vacas gordas.
21
Pero cuando las habían devorado, no se podía notar que las hubieran devorado; pues su aspecto era tan feo como al principio. Entonces me desperté.
22
Y he aquí, en mi sueño también vi que siete espigas llenas y buenas crecían en una sola caña.
23
Y he aquí que siete espigas marchitas, menudas y quemadas por el viento solano, brotaron después de aquéllas;
24
y las espigas menudas devoraron a las siete espigas buenas. Y se lo conté a los adivinos, pero no hubo quien me lo pudiera explicar.
25
Entonces José dijo a Faraón: Los dos sueños de Faraón son uno; Dios ha anunciado a Faraón lo que El va a hacer.
26
Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años; los dos sueños son uno.
27
Y las siete vacas flacas y feas que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre.
28
Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.
29
He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto;
30
y después de ellos vendrán siete años de hambre, y se olvidará toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará la tierra.
31
Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá, que será muy severa.
32
Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios, y Dios lo hará pronto.
33
Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.
34
Haga esto Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia.
35
Y que ellos recojan todos los víveres de esos buenos años que vienen, y almacenen en las ciudades el grano para alimento bajo la autoridad de Faraón, y que lo protejan.
36
Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre.
37
Y la idea pareció bien a Faraón y a todos sus siervos.
38
Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?
39
Y Faraón dijo a José: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú.
40
Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes; solamente en el trono yo seré mayor que tú.
41
Faraón dijo también a José: Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
42
Y Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano y lo puso en la mano de José; y lo vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello.
43
Lo hizo montar en su segundo carro, y proclamaron delante de él: ¡Doblad la rodilla! Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.
44
Entonces Faraón dijo a José: Aunque yo soy Faraón, sin embargo, nadie levantará su mano ni su pie sin tu permiso en toda la tierra de Egipto.
45
Y Faraón llamó a José por el nombre de Zafnat-panea , y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On . Y salió José por toda la tierra de Egipto.
46
José tenía treinta años cuando se presentó anteFaraón, rey de Egipto. Y salió José de la presencia de Faraón y recorrió toda la tierra de Egipto.
47
Y produjo la tierra a manos llenas durante los siete años de abundancia.
48
Y él recogió todo el fruto de estos siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó el alimento en las ciudades; y guardó en cada ciudad el fruto de sus campos circunvecinos.