6
Entonces se acercaron las siervas con sus hijos, y se inclinaron.
7
Lea también se acercó con sus hijos, y se inclinaron; y después José se acercó con Raquel, y se inclinaron.
8
Y dijo Esaú: ¿Qué te propones con toda esta muchedumbre que he encontrado? Y él respondió: Hallar gracia ante los ojos de mi señor.
9
Pero Esaú dijo: Tengo bastante, hermano mío; sea tuyo lo que es tuyo.
10
Mas Jacob respondió: No, te ruego que si ahora he hallado gracia ante tus ojos, tomes el presente de mi mano, porque veo tu rostro como uno ve el rostro de Dios, y favorablemente me has recibido.
11
Acepta, te ruego, el presente que se te ha traído, pues Dios me ha favorecido, y porque yo tengo mucho. Y le insistió, y él lo aceptó.
12
Entonces Esaú dijo: Pongámonos en marcha y vámonos; yo iré delante de ti.
13
Pero él le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que debo cuidar de las ovejas y las vacas que están criando. Si los apuramos mucho, en un solo día todos los rebaños morirán.
14
Adelántese ahora mi señor a su siervo; y yo avanzaré sin prisa, al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor en Seir.
15
Y Esaú dijo: Permíteme dejarte parte de la gente que está conmigo. Pero él dijo: ¿Para qué? Halle yo gracia ante los ojos de mi señor.
16
Aquel mismo día regresó Esaú por su camino a Seir;
17
y Jacob siguió hasta Sucot , y se edificó una casa, e hizo cobertizos para su ganado; por eso al lugar se le puso el nombre de Sucot.
18
Y Jacob llegó sin novedad a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando vino de Padán-aram, y acampó frente a la ciudad.
19
Compró la parcela de campo donde había plantado su tienda de mano de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas,
20
y levantó allí un altar, y lo llamó: El-Elohe-Israel .