12
Y Jacob dijo a Raquel como él era hermano de su padre, y como era hijo de Rebeca; y ella corrió, y dio las nuevas a su padre.
13
Y así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, y lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.
14
Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él un mes de días.
15
Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me has de servir de balde? Declárame qué será tu salario.
16
Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel.
17
Y los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.
18
Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel, tu hija menor.
19
Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; estáte conmigo.
20
Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba.
21
Y dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo es cumplido para que entre a ella.
22
Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete.
23
Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él entró a ella.
24
Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada.
25
Y venida la mañana, he aquí que era Lea; y él dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?
26
Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor.
27
Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres conmigo otros siete años.
28
E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquella; y él le dio a Raquel su hija por mujer.
29
Y dio Labán a Raquel su hija por criada a su sierva Bilha.
30
Y entró también a Raquel; y la amó también más que a Lea; y sirvió con él aún otros siete años.
31
Y vio el SEÑOR que Lea era aborrecida, y abrió su matriz; pero Raquel era estéril.
32
Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Porque vio el SEÑOR mi aflicción; ahora por tanto me amará mi marido.