3
Habita en esta tierra, y seré contigo, y te bendeciré; porque á ti y á tu simiente daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que juré á Abraham tu padre:
4
Y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y daré á tu simiente todas estas tierras; y todas las gentes de la tierra serán benditas en tu simiente.
5
Por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
6
Habitó, pues, Isaac en Gerar.
7
Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; que tal vez, dijo, los hombres del lugar me matarían por causa de Rebeca; porque era de hermoso aspecto.
8
Y sucedió que, después que él estuvo allí muchos días, Abimelech, rey de los Filisteos, mirando por una ventana, vió á Isaac que jugaba con Rebeca su mujer.
9
Y llamó Abimelech á Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer: ¿cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella.
10
Y Abimelech dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado.
11
Entonces Abimelech mandó á todo el pueblo, diciendo: El que tocare á este hombre ó á su mujer, de cierto morirá.
12
Y sembró Isaac en aquella tierra, y halló aquel año ciento por uno: y bendíjole Jehová.
13
Y el varón se engrandeció, y fué adelantando y engrandeciéndose, hasta hacerse muy poderoso:
14
Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y grande apero; y los Filisteos le tuvieron envidia.
15
Y todos los pozos que habían abierto, los criados de Abraham su padre en sus días, los Filisteos los habían cegado y llenado de tierra.
16
Y dijo Abimelech á Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.
17
E Isaac se fué de allí; y asentó sus tiendas en el valle de Gerar, y habitó allí.
18
Y volvió á abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los Filisteos habían cegado, muerto Abraham; y llamólos por los nombres que su padre los había llamado.
19
Y los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas.
20
Y los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra: por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él.
21
Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él: y llamó su nombre Sitnah.
22
Y apartóse de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él: y llamó su nombre Rehoboth, y dijo: Porque ahora nos ha hecho ensanchar Jehová y fructificaremos en la tierra.
23
Y de allí subió á Beer-seba.
24
Y apareciósele Jehová aquella noche, y dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre: no temas, que yo soy contigo, y yo te bendeciré, y multiplicaré tu simiente por amor de Abraham mi siervo.
25
Y edificó allí un altar, é invocó el nombre de Jehová, y tendió allí su tienda: y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo.
26
Y Abimelech vino á él desde Gerar, y Ahuzzath, amigo suyo, y Phicol, capitán de su ejército.
27
Y díjoles Isaac: ¿Por qué venís á mí, pues que me habéis aborrecido, y me echasteis de entre vosotros?
28
Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová es contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre nosotros y ti, y haremos alianza contigo:
29
Que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz: tú ahora, bendito de Jehová.
30
Entonces él les hizo banquete, y comieron y bebieron.
31
Y se levantaron de madrugada, y juraron el uno al otro; é Isaac los despidió, y ellos se partieron de él en paz.
32
Y en aquel día sucedió que vinieron los criados de Isaac, y diéronle nuevas acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron: Agua hemos hallado.
33
Y llamólo Seba: por cuya causa el nombre de aquella ciudad es Beer-seba hasta este día.