24
Y el SEÑOR se le apareció aquella misma noche, y le dijo: Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo. Y te bendeciré y multiplicaré tu descendencia, por amor de mi siervo Abraham.
25
Y él construyó allí un altar e invocó el nombre del SEÑOR y plantó allí su tienda; y allí abrieron los siervos de Isaac un pozo.
26
Entonces Abimelec vino a él desde Gerar, con su consejero Ahuzat y con Ficol, jefe de su ejército.
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Y les dijo Isaac: ¿Por qué habéis venido a mí, vosotros que me odiáis y me habéis echado de entre vosotros?
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Y ellos respondieron: Vemos claramente que el SEÑOR ha estado contigo, así es que dijimos: "Haya ahora un juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y hagamos un pacto contigo,
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de que no nos harás ningún mal, así como nosotros no te hemos tocado y sólo te hemos hecho bien, y te hemos despedido en paz. Tú eres ahora el bendito del SEÑOR."
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Entonces él les preparó un banquete, y comieron y bebieron.
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Y se levantaron muy de mañana y se hicieron mutuo juramento; entonces Isaac los despidió y ellos partieron de su lado en paz.
32
Y sucedió que aquel mismo día los siervos de Isaac llegaron y le informaron acerca del pozo que habían cavado, y le dijeron: Hemos hallado agua.
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Y lo llamó Seba; por eso el nombre de la ciudad es Beerseba hasta hoy.
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Cuando Esaú tenía cuarenta años, se casó con Judit, hija de Beeri heteo, y con Basemat, hija de Elón heteo;
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y ellas hicieron la vida insoportable para Isaac y Rebeca.