2
Y respondió Abram: Señor DIOS ¿qué me has de dar, siendo así que yo ando solo, y el mayordomo de mi casa es el damasceno Eliezer
3
Dijo más Abram: He aquí no me has dado simiente, y he aquí el hijo de mi casa me hereda
4
Y luego la palabra del SEÑOR vino a él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas, aquél te heredará
5
Y le sacó fuera, y dijo: Mira ahora a los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente
6
Y creyó al SEÑOR, y se lo contó por justicia
7
Y le dijo: Yo soy el SEÑOR, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra
8
Y él respondió: Señor DIOS ¿en qué conoceré que la tengo de heredar
9
Y le dijo: Apártame una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino
10
Y tomó él todas estas cosas, y las partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de otra; mas no partió las aves
11
Y descendían aves sobre los cuerpos muertos, y las ojeaba Abram
12
Y fue que poniéndose el sol cayó sueño sobre Abram, y he aquí que un temor, una oscuridad grande cayó sobre él
13
Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y les servirán, y serán afligidos cuatrocientos años
14
Mas también a la gente a quien servirán, juzgo yo; y después de esto saldrán con grande riqueza
15
Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez
16
Y en la cuarta generación volverán acá; porque aun no está cumplida la iniquidad del amorreo hasta aquí
17
Y sucedió que puesto el sol, y hubo oscuridad, y he aquí un horno de humo, y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades
18
Aquel día hizo el SEÑOR pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates
19
al cineo, y al cenezeo, y al cadmoneo
20
al heteo, y al ferezeo, y al rafeo
21
y al amorreo, y al cananeo, y al gergeseo, y al jebuseo