10
Yo confío de vosotros en el Señor, que ninguna otra cosa sentiréis; mas el que os inquieta, llevará el juicio, quienquiera que él sea
11
Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? Pues que quitado es el escándalo del madero
12
Deseo que fueran también cortados los que os inquietan
13
Porque vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión a la carne, sino servíos por la caridad los unos a los otros
14
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu projimo como a ti mismo
15
Y si os mordéis y os coméis los unos a los otros, mirad que también no os consumáis los unos a los otros
16
Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne
17
Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y estas cosas se oponen la una a la otra, para que no hagáis lo que quisierais
18
Pero si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley
19
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución
20
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías
21
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios
22
Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe
23
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley
24
Porque los que son del Cristo, han colgado en el madero a la carne con sus afectos y concupiscencias
25
Si vivimos por el Espíritu, andemos también en el Espíritu
26
No seamos codiciosos de vanagloria, irritándose los unos a los otros, envidiándose los unos a los otros