7
sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres
8
y hallado en la condición como hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte del madero
9
Por lo cual Dios también le ensalzó a lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre
10
que al Nombre de Jesús toda rodilla de lo celestial, de lo terrenal, y de lo infernal se doble
11
Y todo lenguaje confiese que el Señor Jesús el Cristo está en la gloria de Dios, el Padre
12
Por tanto, amados míos, como siempre habéis oído, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, obrad vuestra salud con temor y temblor
13
porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad
14
Haced todo sin murmuraciones o dudas
15
para que seáis irreprensibles e inocentes, hijos de Dios sin culpa en medio de la generación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo
16
reteniendo la Palabra de vida para que yo pueda gloriarme en el día del Cristo, que no he corrido en vano, ni trabajado en vano
17
Y aun si soy derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y congratulo por todos vosotros
18
Y asimismo gozaos también vosotros, y regocijaos conmigo
19
Mas espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, entendido vuestro estado
20
Porque a ninguno tengo tan unánime, y que con sincera afición esté solícito por vosotros
21
Porque todos buscan lo que es suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús
22
Pero la experiencia de él habéis conocido, que como hijo a padre ha servido conmigo en el Evangelio
23
Así que a éste espero enviaros, luego que yo viere cómo van mis negocios
24
y confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros
25
Mas tuve por cosa necesaria enviaros a Epafrodito, hermano, y compañero y consiervo mío, y vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades
26
porque tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado
27
Pues en verdad estuvo enfermo a la muerte, pero Dios tuvo misericordia de él; y no solamente de él, sino aun de mí, para que yo no tuviera tristeza sobre tristeza