3
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos a los otros
4
no mirando cada uno a lo que es suyo, mas a lo que es de los otros
5
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en el Cristo Jesús
6
que siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios
7
sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres
8
y hallado en la condición como hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte del madero
9
Por lo cual Dios también le ensalzó a lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre
10
que al Nombre de Jesús toda rodilla de lo celestial, de lo terrenal, y de lo infernal se doble
11
Y todo lenguaje confiese que el Señor Jesús el Cristo está en la gloria de Dios, el Padre
12
Por tanto, amados míos, como siempre habéis oído, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, obrad vuestra salud con temor y temblor
13
porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad