8
Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte hacer lo que conviene,
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no obstante, por causa del amor que te tengo, te ruego, siendo como soy, Pablo, anciano, y ahora también prisionero de Cristo Jesús,
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te ruego por mi hijo Onésimo , a quien he engendrado en mis prisiones,
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el cual en otro tiempo te era inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí.
12
Y te lo he vuelto a enviar en persona, es decir, como si fuera mi propio corazón,
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a quien hubiera querido retener conmigo, para que me sirviera en lugar tuyo en mis prisiones por el evangelio;
14
pero no quise hacer nada sin tu consentimiento, para que tu bondad no fuera como por obligación, sino por tu propia voluntad.
15
Porque quizá por esto se apartó de ti por algún tiempo, para que lo volvieras a recibir para siempre,
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no ya como esclavo, sino como más que un esclavo, como un hermano amado, especialmente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.
17
Si me tienes pues por compañero, acéptalo como me aceptarías a mí.
18
Y si te ha perjudicado en alguna forma, o te debe algo, cárgalo a mi cuenta.
19
Yo, Pablo, escribo esto con mi propia mano; yo lo pagaré (por no decirte que aun tú mismo te me debes a mí).
20
Sí, hermano, permíteme disfrutar este beneficio de ti en el Señor; recrea mi corazón en Cristo.
21
Te escribo confiado en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que digo.
22
Y al mismo tiempo, prepárame también alojamiento, pues espero que por vuestras oraciones os seré concedido.
23
Te saluda Epafras, mi compañero de prisión en Cristo Jesús;
24
también Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.
25
La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu .