10
lo que ruego es por mi hijo Onésimo, que he engendrado en mi prisión,
11
el cual en otro tiempo te fue inútil, mas ahora a ti y a mí nos es útil;
12
el cual te vuelvo a enviar; tú pues, recíbele como a mí mismo.
13
Yo quisiera detenerle conmigo, para que en lugar de ti me sirviese en la prisión del Evangelio;
14
mas nada quise hacer sin tu consejo, porque tu beneficio no fuese como de necesidad, sino voluntario.
15
Porque quizás para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le vuelvas a tener para siempre;
16
ya no como siervo, antes más que siervo, a saber como hermano amado, mayormente de mí, y cuánto más de ti, en la carne y en el Señor.
17
Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí.
18
Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.
19
Yo Pablo lo escribí de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun a ti mismo te me debes demás.
20
Así, hermano, yo me goce de ti en el Señor; que recrees mi corazón en el Señor.
21
Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que aun harás más de lo que digo.
22
Y asimismo prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os tengo de ser concedido.
23
Te saludan Epafras, mi compañero en la prisión por el Cristo Jesús.
24
Marcos, Aristarco, Demas, y Lucas, mis ayudadores.
25
La gracia de nuestro Señor Jesús el Cristo sea con vuestro espíritu, Amén.