2
Hijo de hombre, propón un enigma y relata una parábola a la casa de Israel.
3
Y dirás: "Así dice el Señor DIOS: "Una gran águila de grandes alas, largos piñones y espeso plumaje de muchos colores, vino al Líbano y se llevó la cima del cedro;
4
arrancó el más alto de sus renuevos, lo llevó a una tierra de mercaderes y lo puso en una ciudad de comerciantes.
5
'Después tomó de la semilla de la tierra y la plantó en terreno fértil. La puso junto a aguas abundantes; la plantó como un sauce.
6
'Brotó y se hizo una vid muy extendida, de poca altura, con sus sarmientos vueltos hacia el águila, pero sus raíces quedaron debajo de ella. Así se hizo una vid, echó pámpanos y se hizo frondosa.
7
'Pero había otra gran águila de grandes alas y abundante plumaje, y he aquí, esta vid dobló sus raíces hacia ella, y hacia ella extendió sus sarmientos desde los surcos donde estaba plantada para que la regara.
8
'En tierra fértil, junto a aguas abundantes estaba plantada, para echar ramas y dar fruto, para hacerse una vid excelente.'"
9
Di: "Así dice el Señor DIOS: '¿Prosperará? ¿No arrancará sus raíces y cortará su fruto para que se seque y se sequen todas sus hojas tiernas? Y no hará falta gran poder ni mucha gente para arrancarla de sus raíces.
10
'He aquí, está plantada, ¿prosperará? Cuando el viento solano la azote, ¿no se secará totalmente? En los surcos donde creció se secará.'"
11
Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
12
Di ahora a la casa rebelde: "¿No sabéis lo que significan estas cosas?" Di: "He aquí, el rey de Babilonia vino a Jerusalén, tomó a su rey y a sus príncipes y los llevó consigo a Babilonia.