34
En tus prostituciones eras lo contrario de las otras mujeres: nadie te solicitaba para fornicar; tú dabas la paga, pero a ti ninguna paga se te daba. Eras distinta.
35
Por tanto, ramera, oye la palabra del SEÑOR.
36
Así dice el Señor DIOS: Por cuanto fue derramada tu lascivia y descubierta tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todos tus detestables ídolos, y a causa de la sangre de tus hijos que les ofreciste,
37
por tanto, he aquí, yo reuniré a todos tus amantes con quienes te gozaste, a todos los que amaste y a todos los que aborreciste; los reuniré de todas partes contra ti, descubriré tu desnudez ante ellos y ellos verán toda tu desnudez.
38
Te juzgaré como son juzgadas las adúlteras y las que derraman sangre, y traeré sobre ti sangre de furor y de celos.
39
También te entregaré en manos de tus amantes y ellos derribarán tus santuarios, destruirán tus lugares altos, te despojarán de tus vestidos, te quitarán tus bellas joyas y te dejarán desnuda y descubierta.
40
Incitarán contra ti una multitud, y te apedrearán y te harán pedazos con sus espadas.
41
Prenderán fuego a tus casas y ejecutarán juicios contra ti a la vista de muchas mujeres. Y haré que dejes de ser ramera y no darás más paga a tus amantes.
42
Desahogaré mi furor en ti; mis celos se apartarán de ti, me apaciguaré y no me enojaré más.
43
Por cuanto no te has acordado de los días de tu juventud, sino que me has irritado con todas estas cosas, he aquí, también yo haré recaer tu conducta sobre tu cabezadeclara el Señor DIOSpara que no cometas esta lascivia con todas tus otras abominaciones.
44
He aquí, todo aquel que cita proverbios repetirá este proverbio acerca de ti, diciendo: "Cual la madre, tal la hija."