2 A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?
3 Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que mi corazón anduviese en sabiduría, y retuviese la locura, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.
4 Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;
5 me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todos frutos.
6 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.
7 Poseí siervos y siervas, y tuve hijos de familia; también tuve posesión grande de vacas y ovejas, sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.
8 Me allegué también plata y oro, y tesoro preciado de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, y todos los deleites de los hijos de los hombres, instrumentos músicos y de todas suertes.
9 Y fui engrandecido, y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto perseveró conmigo mi sabiduría.
10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.
11 Al fin miré yo todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
12 Después volví yo a mirar para ver la sabiduría, y los desvaríos; y la locura (porque ¿qué hombre hay que pueda seguir al rey en lo que ya hicieron?).
13 Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la locura, como la luz a las tinieblas.
14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el loco anda en tinieblas. Y también entendí yo que un mismo suceso acaecerá al uno que al otro.
15 Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al loco me sucederá también a mí. ¿Para qué pues he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.
16 Porque ni del sabio ni del loco habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el loco.
17 Aborrecí por tanto la vida, porque toda obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo era vanidad y aflicción de espíritu.
18 Yo asimismo aborrecí todo mi trabajo que había puesto por obra debajo del sol; el cual dejaré a otro que vendrá después de mí.
19 ¿Y quién sabe si será sabio, o loco, el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que me hice sabio debajo del sol? Esto también es vanidad.
20 Volvió, por tanto, a desesperanzar mi corazón acerca de todo el trabajo en que me trabajé, y en que me hice sabio debajo del sol.
21 ¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.
22 Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y fatiga de su corazón, en que él trabajó debajo del sol?

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Eclesiastés 2:2 Dije de la risa: Es locura; y del placer: ¿Qué logra esto?

English Standard Version ESV

Ecclesiastes 2:2 I 1said of laughter, "It is mad," and of pleasure, "What use is it?"

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Eclesiastés 2:2 A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto

King James Version KJV

New King James Version NKJV

Ecclesiastes 2:2 I said of laughter--"Madness!"; and of mirth, "What does it accomplish?"

Nueva Traducción Viviente NTV

Eclesiastés 2:2 Entonces dije: «La risa es tonta. ¿De qué sirve andar en busca de placeres?».

Nueva Versión Internacional NVI

Eclesiastés 2:2 A la risa la considero una locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven?

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Eclesiastés 2:2 A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?

Herramientas de Estudio para Eclesiastés 2:2-22