10
El día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: Júntame el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra; y las enseñarán a sus hijos
11
Y os acercasteis, y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube, y oscuridad
12
Y habló el SEÑOR con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis
13
Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra, las diez palabras; y las escribió en dos tablas de piedra
14
A mí también me mandó el SEÑOR en aquel tiempo, que os enseñara los estatutos y derechos, para que los pusierais por obra en la tierra a la cual pasáis para poseerla
15
Guardad, pues, mucho vuestras almas; porque ninguna figura visteis el día que el SEÑOR habló con vosotros de en medio del fuego
16
para que no os corrompáis, y hagáis para vosotros escultura, imagen de alguna semejanza, figura de macho o de hembra
17
figura de algún animal que sea en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire
18
figura de ningún animal que se vaya arrastrando por la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra
19
Y para que no alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos, y les sirvas; porque el SEÑOR tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos
20
Pero a vosotros el SEÑOR os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que le seáis por pueblo de su heredad como parece en este día