10
Cuando te acercares a una ciudad para combatirla, le proclamarás la paz
11
Y será que, si te respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te serán tributarios, y te servirán
12
Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere contigo guerra, y la cercares
13
y el SEÑOR tu Dios la entregare en tu mano, entonces herirás a todo varón suyo a filo de espada
14
Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que hubiere en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para ti; y comerás del despojo de tus enemigos, los cuales el SEÑOR tu Dios te entregó
15
Así harás a todas las ciudades que estuvieren muy lejos de ti, que no fueren de las ciudades de estos gentiles
16
Solamente de las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, no dejarás con vida nada que respire
17
del todo los destruirás: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo, y al jebuseo, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado
18
para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones, que ellos hacen a sus dioses, y pequéis contra el SEÑOR vuestro Dios
19
Cuando pusieres cerco a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruyas su arboleda metiendo en ella hacha, porque de ella comerás; y no la talarás, (porque el árbol del campo es la vida del hombre) para emplearla en el cerco
20
Mas el árbol que supieres que no es árbol para comer, lo destruirás y lo talarás, y edificarás baluarte contra la ciudad que pelea contigo, hasta sojuzgarla