18
Y la cigüeña, y la garza según su especie, y la abubilla, y el murciélago.
19
Y todo reptil alado os será inmundo: no se comerá.
20
Toda ave limpia comeréis.
21
Ninguna cosa mortecina comeréis: al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él la comerá: ó véndela al extranjero; porque tú eres pueblo santo á Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
22
Indispensablemente diezmarás todo el producto de tu simiente, que rindiere el campo cada un año.
23
Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino, y de tu aceite, y los primerizos de tus manadas, y de tus ganados, para que aprendas á temer á Jehová tu Dios todos los días.
24
Y si el camino fuere tan largo que tú no puedas llevarlo por él, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere,
25
Entonces venderlo has, y atarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere;
26
Y darás el dinero por todo lo que deseare tu alma, por vacas, ó por ovejas, ó por vino, ó por sidra, ó por cualquier cosa que tu alma te demandare: y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.
27
Y no desampararás al Levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.
28
Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades: