17
Ni podrás comer en tus poblaciones el diezmo de tu grano, o de tu vino, o de tu aceite, ni los primerizos de tus vacas, ni de tus ovejas, ni tus votos que prometieres, ni tus ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de tus manos.
18
Mas delante del SEÑOR tu Dios las comerás, en el lugar que el SEÑOR tu Dios hubiere escogido, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el levita que está en tus poblaciones; y te alegrarás delante del SEÑOR tu Dios en toda obra de tus manos.
19
Guárdate de no desamparar al levita en todos tus días sobre tu tierra.
20
Cuando el SEÑOR tu Dios ensanchare tu término, como él te ha dicho, y tú dijeres: Comeré carne, porque deseó tu alma comerla, conforme a todo el deseo de tu alma comerás carne.
21
Cuando estuviere lejos de ti el lugar que el SEÑOR tu Dios habrá escogido, para poner allí su nombre, matarás de tus vacas y de tus ovejas, que el SEÑOR te hubiere dado, como te he mandado yo , y comerás en tus puertas según todo lo que deseare tu alma.
22
Lo mismo que se come el corzo y el ciervo, así las comerás; el inmundo y el limpio comerán también de ellas.
23
Solamente que te esfuerces a no comer sangre; porque la sangre es el alma (o la vida ); y no has de comer el alma juntamente con su carne.
24
No la comerás; en tierra la derramarás como agua.
25
No comerás de ella; para que te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto en ojos del SEÑOR.
26
Pero las cosas que tuvieres tú consagradas, y tus votos, las tomarás, y vendrás al lugar que el SEÑOR hubiere escogido;
27
y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar del SEÑOR tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar del SEÑOR tu Dios, y comerás la carne.