34
Y oyó el SEÑOR la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo
35
No verá hombre alguno de éstos de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres
36
excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque fue perfecto con el SEÑOR
37
Y también contra mí se airó el SEÑOR por vosotros, diciendo: Tampoco tú entrarás allá
38
Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímale; porque él la hará heredar a Israel
39
Y vuestros chiquitos, de los cuales dijisteis: Serán por presa; y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán
40
Y vosotros volveos, y partíos al desierto camino del mar Bermejo
41
Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra el SEÑOR; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que el SEÑOR nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada uno de sus armas de guerra, y os preparasteis para subir al monte
42
Y el SEÑOR me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis heridos delante de vuestros enemigos
43
Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al dicho del SEÑOR, y porfiasteis con soberbia, y subisteis al monte
44
Y salió el amorreo, que habitaba en aquel monte, a vuestro encuentro, y os persiguieron, como hacen las avispas, y os quebrantaron en Seir, persiguiéndoos hasta Horma