9
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir a Dios que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y entendimiento espiritual
10
para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios
11
Corroborados de toda fortaleza, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y tolerancia con gozo
12
dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los santos en luz
13
que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo
14
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados
15
El cual es la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda criatura
16
Porque por él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por él y en él
17
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas consisten por él
18
y él es la cabeza, del cuerpo de la Iglesia, principio y primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga el primado
19
Por cuanto agradó al Padre que en él habitara toda plenitud