8
quien también nos ha declarado vuestra caridad en Espíritu.
9
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir a Dios que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y entendimiento espiritual;
10
para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.
11
Corroborados de toda fortaleza, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y tolerancia con gozo;
12
dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los santos en luz;
13
que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo,
14
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados.
15
El cual es la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda criatura.
16
Porque por él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por él y en él.
17
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas consisten por él;
18
y él es la cabeza, del cuerpo de la Iglesia, principio y primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga el primado.