4
habiendo oído vuestra fe en el Cristo Jesús, y la caridad que tenéis para con todos los santos,
5
a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos; la cual habéis oído ya por la palabra de la verdad del Evangelio;
6
el cual ha llegado hasta vosotros, como está por todo el mundo; y fructifica, como también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,
7
como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, el cual es para vosotros un fiel ministro de Cristo Jesús;
8
quien también nos ha declarado vuestra caridad en Espíritu.
9
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir a Dios que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y entendimiento espiritual;
10
para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.
11
Corroborados de toda fortaleza, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y tolerancia con gozo;
12
dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los santos en luz;
13
que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo,
14
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados.