13
que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo,
14
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados.
15
El cual es la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda criatura.
16
Porque por él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por él y en él.
17
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas consisten por él;
18
y él es la cabeza, del cuerpo de la Iglesia, principio y primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga el primado.
19
Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
20
y por él reconciliar todas las cosas a sí, pacificando por la sangre de su madero, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos.
21
A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os ha reconciliado
22
en el cuerpo de su carne por medio de la muerte, para haceros santos, y sin mancha, e irreprensibles delante de él;
23
si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del Evangelio que habéis oído; el cual es predicado a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro.