1
El SEÑOR omnipotente me mostró esta visión: Empezaba a crecer la hierba después de la siega que corresponde al rey, y vi al Señor preparando enjambres de langostas.
2
Cuando las langostas acababan con la hierba de la tierra, exclamé:—¡SEÑOR mi Dios, te ruego que perdones a Jacob! ¿Cómo va a sobrevivir, si es tan pequeño?
3
Entonces el SEÑOR se compadeció y dijo:—Esto no va a suceder.
4
El SEÑOR omnipotente me mostró entonces otra visión: Vi al SEÑOR llamar a juicio con un fuego que devoraba el gran abismo y consumía los campos.
5
Y exclamé:—¡Deténte, SEÑOR mi Dios, te lo ruego! ¿Cómo sobrevivirá Jacob, si es tan pequeño?
6
Entonces el SEÑOR se compadeció y dijo:—Esto tampoco va a suceder.
7
El SEÑOR me mostró otra visión: Estaba él de pie junto a un muro construido a plomo, y tenía una cuerda de plomada en la mano.
8
Y el SEÑOR me preguntó:—¿Qué ves, Amós?—Una cuerda de plomada —respondí.Entonces el Señor dijo:—Mira, voy a tirar la plomada en medio de mi pueblo Israel; no volveré a perdonarlo.
9
»Los altares paganos de Isaac serán destruidos,y arruinados los santuarios de Israel;me levantaré con espadacontra el palacio de Jeroboán.