15
Aborreced el mal, y amad el bien, y poned juicio en la puerta: quizá Jehová, Dios de los ejércitos, tendrá piedad del remanente de José.
16
Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, el Señor: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán, ¡Ay! ¡ay! y al labrador llamarán á lloro, y á endecha á los que endechar supieren.
17
Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré por medio de ti, dice Jehová.
18
¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no luz:
19
Como el que huye de delante del león, y se topa con el oso; ó si entrare en casa y arrimare su mano á la pared, y le muerda la culebra.
20
¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?
21
Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me darán buen olor vuestras asambleas.
22
Y si me ofreciereis holocaustos y vuestros presentes, no los recibiré; ni miraré á los pacíficos de vuestros engordados.
23
Quita de mí la multitud de tus cantares, que no escucharé las salmodias de tus instrumentos.
24
Antes corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo.
25
¿Habéisme ofrecido sacrificios y presentes en el desierto en cuarenta años, casa de Israel?
26
Mas llevabais el tabernáculo de vuestro Moloch y Chiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.
27
Hareos pues trasportar más allá de Damasco, ha dicho Jehová, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.