3
Me alegré mucho cuando vinieron unos hermanos y dieron testimonio de tu fidelidad, y de cómo estás poniendo en práctica la verdad.
4
Nada me produce más alegría que oír que mis hijos practican la verdad.
5
Querido hermano, te comportas fielmente en todo lo que haces por los hermanos, aunque no los conozcas.
6
Delante de la iglesia ellos han dado testimonio de tu amor. Harás bien en ayudarlos a seguir su viaje, como es digno de Dios.
7
Ellos salieron por causa del Nombre, sin nunca recibir nada de los paganos;
8
nosotros, por lo tanto, debemos brindarles hospitalidad, y así colaborar con ellos en la verdad.
9
Le escribí algunas líneas a la iglesia, pero Diótrefes, a quien le encanta ser el primero entre ellos, no nos acepta.
10
Por eso, si voy, no dejaré de reprocharle su comportamiento, ya que, con palabras malintencionadas, habla contra nosotros solo por hablar. Como si fuera poco, ni siquiera recibe a los hermanos, y a quienes quieren hacerlo, no los deja y los expulsa de la iglesia.
11
Querido hermano, no imites lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios.
12
En cuanto a Demetrio, todos dan buen testimonio de él, incluso la verdad misma. También nosotros lo recomendamos, y bien sabes que nuestro testimonio es verdadero.
13
Tengo muchas cosas que decirte, pero prefiero no hacerlo por escrito;
14
espero verte muy pronto, y entonces hablaremos personalmente.
15
La paz sea contigo. Tus amigos aquí te mandan saludos. Saluda a los amigos allá, a cada uno en particular.