11
Palabra fiel es ésta: Que si morimos con El, también viviremos con El;
12
si perseveramos, también reinaremos con El; si le negamos, El también nos negará;
13
si somos infieles, El permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo.
14
Recuérdales esto, encargándoles solemnemente en la presencia de Dios, que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha y lleva a los oyentes a la ruina.
15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad.
16
Evita las palabrerías vacías y profanas, porque los dados a ellas, conducirán más y más a la impiedad,
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y su palabra se extenderá como gangrena; entre los cuales están Himeneo y Fileto,
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que se han desviado de la verdad diciendo que la resurrección ya tuvo lugar, trastornando así la fe de algunos.
19
No obstante, el sólido fundamento de Dios permanece firme, teniendo este sello: El Señor conoce a los que son suyos, y: Que se aparte de la iniquidad todo aquel que menciona el nombre del Señor.
20
Ahora bien, en una casa grande no solamente hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro, y unos para honra y otros para deshonra.
21
Por tanto, si alguno se limpia de estas cosas, será un vaso para honra, santificado, útil para el Señor, preparado para toda buena obra.
22
Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro.
23
Pero rechaza los razonamientos necios e ignorantes, sabiendo que producen altercados.
24
Y el siervo del Señor no debe ser rencilloso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido,
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corrigiendo tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad,
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y volviendo en sí, escapen del lazo del diablo, habiendo estado cautivos de él para hacer su voluntad.