3
Debemos siempre dar gracias á Dios de vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y la caridad de cada uno de todos vosotros abunda entre vosotros;
4
Tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, de vuestra paciencia y en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que sufrís:
5
Una demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.
6
Porque es justo para con Dios pagar con tribulación á los que os atribulan;
7
Y á vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia,
8
En llama de fuego, para dar el pago á los que no conocieron á Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
9
Los cuales serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia,
10
Cuando viniere para ser glorificado en sus santos, y á hacerse admirable en aquel día en todos los que creyeron: (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros.)
11
Por lo cual, asimismo oramos siempre por vosotros, que nuestro Dios os tenga por dignos de su vocación, e hincha de bondad todo buen intento, y toda obra de fe con potencia,
12
Para que el nombre, de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.