9
Fue el rey de Israel con el rey de Judá y el rey de Edom; y dando un rodeo anduvieron siete días de camino; y no había agua para el ejército ni para los animales que los seguían.
10
Entonces el rey de Israel dijo: ¡Ah! Porque el SEÑOR ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab.
11
Pero Josafat dijo: ¿No hay aquí un profeta del SEÑOR para que consultemos al SEÑOR por medio de él? Y uno de los siervos del rey de Israel respondió, y dijo: Aquí está Eliseo, hijo de Safat, el que vertía agua en las manos de Elías.
12
Y Josafat dijo: La palabra del SEÑOR está con él. Y el rey de Israel y Josafat y el rey de Edom descendieron a él.
13
Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo que ver contigo? Ve a los profetas de tu padre y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le dijo: No, porque el SEÑOR ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab.
14
Y Eliseo dijo: Vive el SEÑOR de los ejércitos, ante quien estoy, que si no fuera por respeto a la presencia de Josafat, rey de Judá, no te miraría ni te vería.
15
Mas traedme ahora un tañedor. Y sucedió que mientras el tañedor tocaba, la mano del SEÑOR vino sobre Eliseo.
16
Y él dijo: Así dice el SEÑOR: "Haced en este valle muchas zanjas."
17
Pues así dice el SEÑOR: "No veréis viento, ni veréis lluvias; sin embargo ese valle se llenará de agua, y beberéis vosotros y vuestros ganados y vuestras bestias."
18
Aun esto es poco ante los ojos del SEÑOR; también entregará en vuestras manos a los moabitas.
19
Y destruiréis toda ciudad fortificada y toda ciudad principal, y talaréis todo árbol bueno, cegaréis todas las fuentes de agua y dañaréis con piedras todo terreno fértil.