8
Y dijo: ¿Por qué camino iremos? Y él respondió: Por el camino del desierto de Idumea
9
Partieron, pues, el rey de Israel, el rey de Judá, y el rey de Idumea; y como anduvieron rodeando por el desierto siete días de camino, les faltó agua para el ejército, y para las bestias que los seguían
10
Entonces el rey de Israel dijo: ¡Ay! que ha llamado el SEÑOR estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas
11
Mas Josafat dijo: ¿No hay aquí profeta del SEÑOR, para que consultemos al SEÑOR por él? Y uno de los siervos del rey de Israel respondió y dijo: Aquí está Eliseo hijo de Safat, quien derramaba agua sobre las manos de Elías
12
Y Josafat dijo: Este tendrá palabra del SEÑOR. Y descendieron a él el rey de Israel, Josafat, y el rey de Idumea
13
Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Ve a los profetas de tu padre, y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le respondió: No; porque ha juntado el SEÑOR estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas
14
Y Eliseo dijo: Vive el SEÑOR de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviera respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te miraría a ti, ni te vería
15
Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano del SEÑOR vino sobre él
16
y dijo: Así dijo el SEÑOR: Haced en este valle muchas acequias
17
Porque el SEÑOR ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia, y este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias, y vuestros ganados
18
Y esto es cosa ligera ante los ojos del SEÑOR; dará también a los moabitas en vuestras manos