9
"Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino que tu hijo que te nacerá, él edificará la casa a mi nombre."
10
Ahora el SEÑOR ha cumplido la palabra que había dicho; pues yo me he levantado en lugar de mi padre David y me he sentado en el trono de Israel, como el SEÑOR prometió, y he edificado la casa al nombre del SEÑOR, Dios de Israel.
11
Y he puesto allí el arca, en la cual está el pacto que el SEÑOR hizo con los hijos de Israel.
12
Entonces Salomón se puso delante del altar del SEÑOR en presencia de toda la asamblea de Israel y extendió las manos.
13
Porque Salomón había hecho un estrado de bronce de cinco codos de largo, cinco codos de ancho y tres codos de alto, y lo había puesto en medio del atrio; se puso sobre él, se hincó de rodillas en presencia de toda la asamblea de Israel y extendiendo las manos al cielo,
14
dijo: Oh SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú ni en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y muestras misericordia a tus siervos que andan delante de ti con todo su corazón;
15
que has cumplido con tu siervo David mi padre lo que le prometiste; ciertamente has hablado con tu boca y lo has cumplido con tu mano, como sucede hoy.
16
Ahora pues, oh SEÑOR, Dios de Israel, cumple con tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: "No te faltará quién se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden sus caminos para andar en mi ley como tú has andado delante de mí."
17
Ahora pues, oh SEÑOR, Dios de Israel, que se cumpla la palabra que hablaste a tu siervo David.
18
Pero, ¿morará verdaderamente Dios con los hombres en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado.
19
No obstante, atiende a la oración de tu siervo y a su súplica, oh SEÑOR Dios mío, para que oigas el clamor y la oración que tu siervo hace delante de ti.