6
Por lo cual el rey llamó a Joiada el principal, y le dijo: ¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y de Jerusalén al tabernáculo del testimonio, la ofrenda que constituyó Moisés siervo del SEÑOR, y la congregación de Israel
7
Porque la impía Atalía y sus hijos habían destruido la Casa de Dios, y además habían gastado en los ídolos todas las cosas consagradas para la Casa del SEÑOR
8
Y mandó el rey que hicieran un arca, la cual pusieron fuera a la puerta de la Casa del SEÑOR
9
e hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén, que trajeran al SEÑOR la ofrenda que Moisés siervo de Dios había constituido a Israel en el desierto
10
Y todos los príncipes y todo el pueblo se alegraron; y traían, y echaban en el arca hasta cumplir su deber
11
Y cuando venía el tiempo para llevar el arca al magistrado del rey por mano de los levitas, cuando veían que había mucho dinero, venía el escriba del rey, y el que estaba puesto por el sumo sacerdote, y llevaban el arca, y la vaciaban, y la volvían a su lugar; y así lo hacían cada día, y recogían mucho dinero
12
el cual daba el rey y Joiada a los que hacían la obra del servicio de la Casa del SEÑOR, y tomaban canteros y oficiales que repararan la Casa del SEÑOR, y herreros y metaleros para reparar la Casa del SEÑOR
13
Hacían, pues, los oficiales la obra, y por sus manos fue la obra restaurada, y restituyeron la Casa de Dios a su disposición, y la fortificaron
14
Y cuando terminaron, trajeron lo que quedaba del dinero al rey y a Joiada, e hicieron de él vasos para la Casa del SEÑOR, vasos de servicio, morteros, cucharros, vasos de oro y de plata. Y sacrificaban holocaustos continuamente en la Casa del SEÑOR todos los días de Joiada
15
Mas Joiada envejeció, y murió lleno de días; de ciento treinta años era cuando murió
16
Y lo sepultaron en la ciudad de David con los reyes, por cuanto había hecho bien con Israel, y para con Dios, y con su Casa