17
Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te había yo dicho que éste no me profetizará bien, sino mal
18
Entonces él dijo: Oíd pues palabra del SEÑOR: Yo he visto al SEÑOR sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su mano derecha y a su izquierda
19
Y el SEÑOR dijo: ¿Quién inducirá a Acab rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía así, y otro decía de otra manera
20
Mas salió un espíritu, que se puso delante del SEÑOR, y dijo: Yo le induciré. Y el SEÑOR le dijo: ¿De qué modo
21
Y él dijo: Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos los profetas. Y el SEÑOR dijo: Induce, y también prevalece; sal, y hazlo así
22
Y he aquí ahora ha puesto el SEÑOR espíritu de mentira en la boca de éstos tus profetas; mas el SEÑOR ha decretado el mal acerca de ti
23
Entonces Sedequías hijo de Quenaana se le acercó a él, e hirió a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Por qué camino se apartó de mí el espíritu del SEÑOR para hablarte a ti
24
Y Micaías respondió: He aquí tú lo verás aquel día, cuando te entrarás de cámara en cámara para esconderte
25
Entonces el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías, y llevadlo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey
26
y diréis: El rey ha dicho así: Poned a éste en la cárcel, y sustentadle con pan de aflicción y agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz
27
Y Micaías dijo: Si tú volvieres en paz, el SEÑOR no ha hablado por mí. Dijo además: Oíd esto, todos los pueblos