3
No dando a nadie ningún escándalo, para que el ministerio no sea vituperado;
4
antes teniéndonos en todas las cosas como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;
5
en azotes, en cárceles, en alborotos, en trabajos, en vigilias, en ayunos;
6
en castidad, en ciencia, en mansedumbre, en bondad, en el Espíritu Santo, en caridad no fingida;
7
en palabra de verdad, en potencia de Dios, por las armas de justicia a diestra y a siniestra;
8
por honra y por deshonra, por infamia y por buena fama; como engañadores, mas hombres de la verdad;
9
como ignorados, pero conocidos; como muriendo, mas he aquí vivimos; como castigados, pero no mortificados;
10
como doloridos, mas siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como los que no tienen nada, mas que lo poseen todo.
11
Nuestra boca está abierta a vosotros, oh corintios, nuestro corazón es ensanchado.
12
No estáis estrechos en nosotros, sino estáis estrechos en vuestras propias entrañas.
13
Pues, por la misma recompensa (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros.