5
No que seamos suficientes de nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia es de Dios;
6
El cual asimismo nos hizo ministros suficientes de un nuevo pacto: no de la letra, mas del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
7
Y si el ministerio de muerte en la letra grabado en piedras, fué con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudiesen poner los ojos en la faz de Moisés á causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
8
¿Cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?
9
Porque si el ministerio de condenación fué con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justicia.
10
Porque aun lo que fué glorioso, no es glorioso en esta parte, en comparación de la excelente gloria.
11
Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más será en gloria lo que permanece.
12
Así que, teniendo tal esperanza, hablamos con mucha confianza;
13
Y no como Moisés, que ponía un velo sobre su faz, para que los hijos de Israel no pusiesen los ojos en el fin de lo que había de ser abolido.
14
Empero los sentidos de ellos se embotaron; porque hasta el día de hoy les queda el mismo velo no descubierto en la lección del antiguo testamento, el cual por Cristo es quitado.
15
Y aun hasta el día de hoy, cuando Moisés es leído, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.