10
Por lo cual me contento en las flaquezas, en las afrentas, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias por el Cristo; porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso.
11
He sido loco (en gloriarme); vosotros me constreñisteis; pues yo había de ser alabado de vosotros, porque en nada he sido menos que los grandiosos apóstoles, aunque nada soy.
12
Con todo esto, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, en señales, y en prodigios, y en potencia.
13
Porque ¿qué hay en que habéis sido menos que las otras Iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? Perdonadme esta injuria.
14
He aquí estoy aparejado para ir a vosotros la tercera vez, y no os seré gravoso; porque no busco vuestras cosas, sino a vosotros; porque no han de atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.
15
Pero yo de muy buena gana me desprenderé y seré totalmente desprendido por vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.
16
Pero sea así, yo no os he agravado; sino que, como soy astuto, os he tomado por engaño.
17
¿Por ventura os he engañado por alguno de los que he enviado a vosotros?
18
Rogué a Tito, y envié con él al hermano. ¿Os engañó por ventura Tito? ¿No hemos andado con un mismo Espíritu y por las mismas pisadas?
19
¿O pensáis aún que nos excusamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos; mas todo, muy amados, por vuestra edificación.
20
Porque temo que cuando llegare, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; para que por ventura no haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, disensiones, detracciones, murmuraciones, rumores, bandos;
21
para que cuando volviere, no me humille Dios entre vosotros, y haya de llorar por muchos de los que antes habrán pecado, y no se han enmendado de la inmundicia y fornicación y deshonestidad que han cometido.