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en trabajo y fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez
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y además de otras cosas, mi combate de cada día es la solicitud de todas las Iglesias
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¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿Quién se tropieza, y yo no me quemo
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Si es necesario gloriarse, me gloriaré yo de lo que es de mi flaqueza
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El Dios y Padre del Señor nuestro, Jesús el Cristo, que es bendito por los siglos, sabe que no miento
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En Damasco, el capitán de la gente del rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme
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y fui descolgado del muro por una ventana, y escapé de sus manos