1
Y estuvo el arca del SEÑOR en la tierra de los filisteos siete meses.
2
Entonces los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos del arca del SEÑOR? Declaradnos cómo la hemos de volver a enviar a su lugar.
3
Y ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía; mas le pagaréis la expiación; y entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano.
4
Y ellos dijeron: ¿Y qué será la expiación que le pagaremos? Y ellos respondieron: Conforme al número de los príncipes de los filisteos, cinco hemorroides de oro, y cinco ratones de oro, porque la misma plaga que todos tienen, tienen también vuestros príncipes.
5
Haréis, pues, las formas de vuestras partes posteriores con vuestras hemorroides, y las formas de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; por ventura aliviará su mano de sobre vosotros, y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra.
6
Mas ¿por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los hubo así tratado, ¿no los dejaron que se fuesen, y se fueron?