11
¿Me entregarán los señores de Keila en sus manos? ¿Descenderá Saúl, como tu siervo ha oído decir? SEÑOR Dios de Israel, te ruego que lo declares a tu siervo. Y el SEÑOR dijo: Sí, descenderá
12
Dijo luego David: ¿Me entregarán los señores de Keila a mí y a los varones que están conmigo en manos de Saúl? Y el SEÑOR respondió: Te entregarán
13
David entonces se levantó con sus hombres, que eran como seiscientos, y salieron de Keila, y fueron de una parte a otra. Y vino la nueva a Saúl de como David se había escapado de Keila; y dejó de salir
14
Y David se estaba en el desierto en peñas, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, mas Dios no lo entregó en sus manos
15
Viendo, pues, David que Saúl había salido en busca de su alma, se estaba él en el bosque en el desierto de Zif
16
Entonces se levantó Jonatán hijo de Saúl, y vino a David en el bosque, y fortaleció su mano en Dios
17
Y le dijo: No temas, que no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti; y aun mi padre así lo sabe
18
Y entre ambos hicieron pacto delante del SEÑOR; y David se quedó en el bosque, y Jonatán se volvió a su casa
19
Y subieron los de Zif a decir a Saúl en Gabaa: ¿No está David escondido en nuestra tierra en las peñas del bosque, en el collado de Haquila (oscuro) que está a la mano derecha del desierto
20
Por tanto, rey, desciende ahora presto, según todo el deseo de tu alma, y nosotros lo entregaremos en la mano del rey
21
Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros del SEÑOR, que habéis tenido compasión de mí