4
Entonces dijeron: Nunca nos has calumniado, ni agraviado, ni has tomado algo de mano de ningún hombre.
5
Y él les dijo: Jehová es testigo contra vosotros, y su ungido también es testigo en este día, que no habéis hallado en mi mano cosa ninguna. Y ellos respondieron: Así es.
6
Entonces Samuel dijo al pueblo: Jehová es quien hizo á Moisés y á Aarón, y que sacó á vuestros padres de la tierra de Egipto.
7
Ahora pues, aguardad, y yo os haré cargo delante de Jehová de todas las justicias de Jehová, que ha hecho con vosotros y con vuestros padres.
8
Después que Jacob hubo entrado en Egipto y vuestros padres clamaron á Jehová, Jehová envió á Moisés y á Aarón, los cuales sacaron á vuestros padres de Egipto, y los hicieron habitar en este lugar.
9
Y olvidaron á Jehová su Dios, y él los vendió en la mano de Sísara capitán del ejército de Asor, y en la mano de los Filisteos, y en la mano del rey de Moab, los cuales les hicieron guerra.
10
Y ellos clamaron á Jehová, y dijeron: Pecamos, que hemos dejado á Jehová, y hemos servido á los Baales y á Astaroth: líbranos pues ahora de la mano de nuestros enemigos, y te serviremos.
11
Entonces Jehová envió á Jero-baal, y á Bedán, y á Jephté, y á Samuel, y os libró de mano de vuestros enemigos alrededor, y habitasteis seguros.
12
Y habiendo visto que Naas rey de lo hijos de Ammón venía contra vosotros, me dijisteis: No, sino rey reinará sobre nosotros; siendo vuestro rey Jehová vuestro Dios.
13
Ahora pues, ved aquí vuestro rey que habéis elegido, el cual pedisteis; ya veis que Jehová ha puesto sobre vosotros rey.
14
Si temiereis á Jehová y le sirviereis, y oyereis su voz, y no fuereis rebeldes á la palabra de Jehová, así vosotros como el rey que reina sobre vosotros, seréis en pos de Jehová vuestro Dios.
15
Mas si no oyereis la voz de Jehová, y si fuereis rebeldes á las palabras de Jehová, la mano de Jehová será contra vosotros como contra vuestros padres.
16
Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa que Jehová hará delante de vuestros ojos.
17
¿No es ahora la siega de los trigos? Yo clamaré á Jehová, y él dará truenos y aguas; para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho en los ojos de Jehová, pidiéndoos rey.
18
Y Samuel clamó á Jehová; y Jehová dió truenos y aguas en aquel día; y todo el pueblo temió en gran manera á Jehová y á Samuel.
19
Entonces dijo todo el pueblo á Samuel: Ruega por tus siervos á Jehová tu Dios, que no muramos: porque á todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros.
20
Y Samuel respondió al pueblo: No temáis: vosotros habéis cometido todo este mal; mas con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servid á Jehová con todo vuestro corazón:
21
No os apartéis en pos de las vanidades, que no aprovechan ni libran, porque son vanidades.
22
Pues Jehová no desamparará á su pueblo por su grande nombre: porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.
23
Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes yo os enseñaré por el camino bueno y derecho.
24
Solamente temed á Jehová, y servidle de verdad con todo vuestro corazón, porque considerad cuán grandes cosas ha hecho con vosotros.