19 Salieron, pues, de la ciudad los criados de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el ejército
20 E hirió cada uno al que venía contra sí; y huyeron los sirios, siguiéndolos los de Israel. Y el rey de Siria, Ben-adad, se escapó en un caballo con alguna gente de caballería
21 Y salió el rey de Israel, e hirió la gente de a caballo, y los carros; y deshizo a los sirios con grande estrago
22 Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que has de hacer; porque pasado el año, el rey de Siria ha de venir contra ti
23 Y los siervos del rey de Siria le dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido; mas si peleáremos con ellos en la llanura, se verá si no los vencemos
24 Haz pues así: Saca a los reyes cada uno de su puesto, y pon capitanes en lugar de ellos
25 Y tú, fórmate otro ejército como el ejército que perdiste, caballos por caballos, y carros por carros; luego pelearemos con ellos en campo raso, y veremos si no los vencemos. Y él les dio oído, y lo hizo así
26 Pasado el año, Ben-adad reconoció los sirios, y vino a Afec a pelear contra Israel
27 Y los hijos de Israel fueron también reconocidos (contados), y tomando provisiones les fueron al encuentro; y acamparon los hijos de Israel delante de ellos, como dos rebañuelos de cabras; y los sirios llenaban la tierra
28 Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel y le habló diciendo: Así dijo el SEÑOR: Por cuanto los sirios han dicho, el SEÑOR es Dios de los montes, no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy el SEÑOR
29 Siete días estuvieron acampados los unos delante de los otros, y al séptimo día se dio la batalla; y mataron los hijos de Israel de los sirios en un día cien mil hombres de a pie
30 Los demás huyeron a Afec, a la ciudad; y el muro cayó sobre veintisiete mil hombres que habían quedado. También Ben-adad vino huyendo a la ciudad, y se escondía de cámara en cámara
31 Entonces sus siervos le dijeron: He aquí, hemos oído de los reyes de Israel, que son reyes misericordiosos; pongamos pues ahora cilicio en nuestros lomos, y sogas en nuestras cabezas, y salgamos al rey de Israel; por ventura te dará la vida
32 Ciñieron pues sus lomos de cilicio, y sogas en sus cabezas, y vinieron al rey de Israel, y le dijeron: Tu siervo Ben-adad dice: Te ruego que viva mi alma. Y él respondió: Si él vive aún, mi hermano es
33 Esto tomaron aquellos hombres por buen agüero, y presto tomaron esta palabra de su boca, y dijeron: ¡Tu hermano Ben-adad! Y él dijo: Id, y traedle. Ben-adad entonces se presentó al rey de Israel, y él le hizo subir en el carro
34 Y le dijo Ben-adad: Las ciudades que mi padre tomó al tuyo, yo las restituiré; y haz plazas en Damasco para ti, como mi padre las hizo en Samaria; y yo me iré de ti confederado. Y el rey de Israel hizo pacto con él, y lo envió
35 Entonces un varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero por palabra de Dios: Hiéreme ahora. Mas el otro varón no quiso herirle
36 Y él le dijo: Por cuanto no has escuchado la voz del SEÑOR, he aquí apartándote de mí, te herirá un león. Y cuando se apartó de él, le salió al encuentro un león, y le hirió
37 Luego se encontró con otro varón, y le dijo: Hiéreme ahora. Y el hombre le dio un golpe, y le hizo una herida
38 Y el profeta se fue, y se puso delante del rey en el camino, y se disfrazó con un velo sobre los ojos
39 Y cuando el rey pasaba, él dio voces al rey, y dijo: Tu siervo salió entre la tropa; y he aquí apartándose uno, me trajo un hombre, diciendo: Guarda a este hombre, y si llegare a faltar, tu vida será por la suya, o pagarás un talento de plata
40 Y cuando tu siervo estaba ocupado a una parte y a otra, él desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado
41 Entonces él se quitó presto el velo de sobre sus ojos, y el rey de Israel conoció que era de los profetas
42 Y él le dijo: Así dijo el SEÑOR: Por cuanto soltaste de su mano el varón de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo
43 Y el rey de Israel se fue a su casa triste y enojado, y llegó a Samaria

La Biblia de las Américas (Español) BLA

1 Reyes 20:19 Salieron, pues, aquéllos de la ciudad, los jóvenes de los jefes de las provincias y el ejército que los seguía.

English Standard Version ESV

1 Kings 20:19 So these went out of the city, the servants of the governors of the districts and the army that followed them.

King James Version KJV

1 Kings 20:19 So these young men of the princes of the provinces came out of the city, and the army which followed them.

New King James Version NKJV

1 Kings 20:19 Then these young leaders of the provinces went out of the city with the army which followed them.

Nueva Traducción Viviente NTV

1 Reyes 20:19 Ahora bien, los comandantes de las provincias de Acab junto con todo el ejército habían salido a pelear.

Nueva Versión Internacional NVI

1 Reyes 20:19 Los cadetes salieron de la ciudad al frente del ejército.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

1 Reyes 20:19 Salieron pues de la ciudad los criados de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el ejército.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

1 Reyes 20:19 Salieron, pues , de la ciudad los criados de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el ejército.

Herramientas de Estudio para 1 Reyes 20:19-43