6
Humillaos pues debajo de la poderosa mano de Dios, para que él os ensalce cuando fuere tiempo,
7
echando toda vuestra solicitud en él; porque él tiene cuidado de vosotros.
8
Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
9
al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que las mismas aflicciones han de ser cumplidas en la compañía de vuestros hermanos que están en el mundo.
10
Mas el Dios de toda gracia, que nos ha llamado a su gloria eterna por Jesús, el Cristo, después que hubiereis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, confirme, corrobore y establezca.
11
A él sea gloria e imperio para siempre. Amén.
12
Por Silvano, el hermano fiel, (según yo pienso), os he escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que esta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis.
13
La Iglesia que está en Babilonia, juntamente elegida con vosotros, os saluda, y Marcos mi hijo.
14
Saludaos unos a otros con beso de caridad. Paz sea con todos vosotros los que estáis en Jesús, el Cristo. Amén.