9
obteniendo, como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas.
10
Acerca de esta salvación, los profetas que profetizaron de la gracia que vendría a vosotros, diligentemente inquirieron e indagaron,
11
procurando saber qué persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristo dentro de ellos, al predecir los sufrimientos de Cristo y las glorias que seguirían.
12
A ellos les fue revelado que no se servían a sí mismos, sino a vosotros, en estas cosas que ahora os han sido anunciadas mediante los que os predicaron el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar.
13
Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción; sed sobrios en espíritu, poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo.
14
Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia,
15
sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
16
porque escrito está: SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO.
17
Y si invocáis como Padre a aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor durante el tiempo de vuestra peregrinación;
18
sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata,
19
sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo.